Una verdadera fiesta fue la que se vivió el pasado miércoles en la “Noche de Rosas” a la que se dieron cita decenas de mujeres acompañadas de amigas que pudieron aceptar a Jesús como su salvador. Limberg Parra, líder del Ministerio de Evangelismo, dijo que este tipo de actividades son instrumentos poderosos que actúan como “las manos y la voz de Dios” para ganar las almas perdidas. “De momento se evangeliza en grupo pero la segunda etapa contempla un trabajo de persona a persona”, agregó.
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